Sr presidente: 

Hacemos relación a la carta abierta de mayo pasado que acompañamos, cuya copia adjuntamos en el siguiente enlace:  https://bit.ly/3A2WKsQ 

Ratificándonos en ella los ciudadanos de bien en todos los estamentos, comerciales, profesionales, educativos para mencionar unos pocos, quienes hemos forjado con sacrificios incontestables y enormes esfuerzos el progreso de nuestro país. 

En tiempos recientes nos estamos viendo prácticamente en las postrimerías de un cadalso al cual nos quieren someter. De tiempo atrás contemplamos las concesiones y la connivencia con el mal y los malvados que quieren destruirnos y con ellos destruir lo que resta de nuestra nación enmarcada aún en la civilización occidental y cristiana. 

Ni se concibe, por ejemplo, el esfuerzo inaudito para que la guerrilla sea una parte preponderante de la sociedad y de nuestros estamentos “implementando los acuerdos con la guerrilla” escandalosamente firmados contrariando a la autoridad máxima de las democracias como lo es un plebiscito. 

Especialmente en este siglo de tragedias donde se ha gobernado a Colombia no solo de espaldas a la opinión pública, a la más sana y ejemplar sino contra ella, contra la razón, contra la lógica contra la experiencia. Venimos padeciendo así, los efectos de una verdadera guerra sicológica revolucionaria que se ha ensañado sobre nuestra nación. 

En otras palabras, tener que soportar una guerrilla comunista, violenta y anarquista, a la que se le han dado todos los espacios, ilusionando a los colombianos con una paz mentirosa, en medio de una justicia cínica con el crimen y con los criminales. Mientras tanto, de otro lado, legítimos derechos, en toda sociedad sana, primarios y principales y con mayor razón en una enferma como la nuestra, está el elemental derecho a la defensa propia. 

Dejar más inermes de lo que está esta sociedad a la que ni siquiera se le permite a los ciudadanos de bien a portar un arma o tenerla en su hogar, en su casa en su negocio y por el contrario se le coarta hasta extremos de paranoia, ahora con mas radicales proyectos de ley para el desarme generalizado.

El país se desangra en medio de la impunidad los robos, los atracos los asaltos lo cual era de esperar y eso se manifestó en su oportunidad pues era por estos caminos de impunidad por donde se llegaría a la actual situación, impidiendo el porte de armas de defensa personal. Pues los que se dedican al crimen ya saben que no encontrarán opositores. 

La tranquilidad en el orden, esto es por la definición de la doctrina católica la verdadera paz, cuyas características están cada vez más ausente y lejanas. 

Legislar para todos, quitando el derecho a portar una simple navaja para el cuidado personal o un mínimo spray de pimienta o cualquier cosa que pueda intimidar a los atracadores es meter en la misma canasta al hampa y a la sociedad que lo eligió como gobernante. Dar las mismas penas y coartar con cárcel a unos y a otros por igual es la más fragante de las injusticias contra el débil, sería uno de los inauditos hasta ahora inconcebibles en nuestras naciones. 

¡Qué grave responsabilidad señor Presidente Colombia quería, anhelaba deseaba y así lo decidió en las urnas, un mandato diferente al gobierno Santos. Pero ahora vemos que se repite con las mencionadas condescendencias con los vándalos, congratulándose también con las organizaciones internacionales, sean de derecho humanos o como quieran llamarse. Por ejemplo, Cortes internacionales viciadas por el marxismo y el socialismo determinarán favorecer a Nicaragua una vez más, pues ese dictatorial gobierno tiene los mismos objetivos en beneficio del comunismo ateo internacional. Por ello Colombia perdió muchos kilómetros cuadrados en 2012 y que ahora se repetirá pues acciones decididas no son de esperar de este gobierno 

Al tomar posesión sr Presidente Usted juró ante Dios y ante la historia cumplir con el mandato, ante Ellos pedimos que cambie sus rumbos que parecen enceguecidos. 

Fuente :  Anderson tipazoca

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