Según Medicina Legal, durante el 2008, la cifra de homicidios en el país disminuyó un 4,6%.
Colombia registró el año pasado 14.138 homicidios, 649 casos menos que en 2007, destacó el informe anual del Instituto Nacional de Medicina Legal divulgado ayer en Bogotá.
El documento indica que en el 2008 murieron en total 30.770 personas, de las cuales 47% fueron por casos de homicidio, 17% en accidentes de tránsito y los porcentajes restantes se repartieron entre suicidios, con un 5%, y muertes naturales, que llegó al 9%.
Medicina Legal solo informó de la cantidad de los decesos, sin especificar si las muertes por homicidios se podrían atribuir a los grupos armados ilegales que operan en Colombia o a la Fuerza Pública que los combate
Hay droga en la mitad de las muertes violentas
Oferta. La distribución de droga está prohibida, pero se hace pese a las restricciones y controles oficiales porque hay una demanda.
En Cali, hay 1.400 víctimas a las que se les encuentra en su sangre rastros de alcohol u otra droga. El consumo genera líos.
El consumo de droga es un problema, no sólo individual, sino social muy grande, según los registros epidemiológicos.
El médico Jorge Quiñónez, toxicólogo de la Secretaría de Salud, dijo que lleva 20 años enterrando jóvenes perdidos en el consumo de drogas.
Indicó que al hacer el examen respectivo a los cadáveres, el 50% de las muertes violentas que ocurren en Cali tienen presencia de alcohol, coca u otra sustancia psicotrópica en su organismo.
Es decir, de 2.800 muertes violentas que ocurren en la ciudad cada año, 1.400 de las víctimas están bajo los efectos de alcohol, coca, marihuana, basuco, éxtasis o sustancias similares.
“Las drogas no vuelven mansas a las personas, las vuelven agresivas. Y producen mucha infelicidad en la gente que las consume muchos de los cuales terminan suicidándose”, dijo Quiñónez.
Según una encuesta mediática que mostró el galeno, el 62% de los colombianos está en contra de la legalización de las drogas. “Esa es una opinión que hay que tener en cuenta cuando se vaya a tomar una decisión y no podemos seguir estimulando el consumo de drogas”, aseguró.
“Los jóvenes se matan porque tienen en su sangre coca, marihuana o alcohol. Entonces hay que ponerle límites a es libertad de consumo y el Estado es el llamado a ponerlos. La protección del Estado debe ser para todos y, sobre todo, para la infancia”, dijo
Para el toxicólogo, “la dosis personal es un peligro para la familia y para la juventud”.
Por su parte, el representante a la cámara Nicolás Uribe sostuvo que el 78% de los jóvenes conducidos a comisarías e inspecciones en Bogotá están bajo los efectos de alcohol o drogas. Asimismo, las drogas son consideradas en la capital como la segunda causa de inseguridad.
Los principales consumidores de drogas no son los más pobres, precisó Uribe. Según los estudios, quienes más consumen drogas son, en su orden, los estratos 4, 5, 6, 1, 2 y 3.
“No podemos comernos el cuento de que garantizar el derecho a consumir droga es garantizar el derecho a la libertad. La agenda de la libertad se construye precisamente sobre los derechos fundamentales”, señaló.
“Yo veo el proyecto muy demagógico porque no se debe polarizar a la gente, sino mirar las soluciones de curación y prevención”. Alirio Téllez, veedor ciudadano.
“Deben estar felices guerrilleros y paramilitares con el tema de legalización al ver, por ejemplo, cómo lo que produce el negocio que es la comercialización y la legalización del consumo les abre las puertas para un gran negocio. Y eso es lo que toca combatir, cerrar la cadena del delito, porque hoy sembrar droga es ilegal, procesar es ilegal, comercializar es ilegal, pero consumir es legal”….
Hamilton Hoyos, coordinador de los comités de colectivos juveniles de la Alcaldía, señaló que le parece “triste debatir si el consumo de droga es legal o ilegal cuando el problema está en otra parte y es en la falta de Estado”.
En su criterio, el Estado debe brindar las condiciones para que la gente no caiga en las drogas. “Muchos con problemas de desempleo y por falta de oportunidades caen en las drogas, pero no para elevarse o pegarse un viaje, sino para calmarse y evadir su situación”, dijo Hoyos.
El joven reclamó una mayor formación para los niños que deben conocer mejor la problemática de la sustancias psicotrópicas y sus consecuencias. De esta manera, el muchacho podrá hacer uso de su objeción de conciencia y decir que no consume porque no quiere y porque sabe que le hace daño.
“ Más allá de su atención en salud, hay que motivarlos desde lo social y de sus prácticas lúdicas, artísticas y deportivas para que no caigan en las drogas”, puntualizó Hoyos
Fuente:
El Pais – Colombia