La crisis de la seguridad en Bogotá que se acentuó con la pandemia es un asunto que no ha logrado subsanar el gobierno de Claudia López. Las cifras preocupan, las estrategias no logran articularse con las comunidades, los esfuerzos no priorizan la realidad en las calles y el presupuesto no se está ejecutando.
En 2021, la Secretaría Distrital de Seguridad, Convivencia y Justicia ha tenido una ejecución de solo 59,4 %, es decir, de los $ 500.386 millones que el Concejo aprobó para esta vigencia solo ha ejecutado $ 297.451 millones, ubicándose en el puesto 39 de 47 entidades que hay en el Distrito, de acuerdo con el ránking semanal presentado por la Secretaría de Hacienda.
Un hecho que destaco por estos días, cuando la Administración presentó ante el Concejo de Bogotá su solicitud de presupuesto para 2022, es que la seguridad ocupe apenas 0,59 %, de toda la “torta presupuestal” y que el incremento para inversión sea apenas de $ 29.078 millones y de $ 1.964 millones para funcionamiento.
Esta cartera debería incluir más recursos si se tiene en cuenta el incremento de los delitos de alto impacto, que comparados con 2019, teniendo en cuenta la excepcionalidad causada por la covid-19 en 2020, el homicidio y el hurto a personas aumentaron en 22,5 % y 14,6 %, respectivamente. Sumado a esto, el deterioro de los entornos públicos como parques, calles, se refleja en las cifras del DANE, que demuestran que más de 77 % de los bogotanos percibe que la seguridad va por mal camino y consideran que para el próximo año es importante que tenga un papel más importante, no solo en el presupuesto sino en la agenda de ciudad.
Después de casi dos años de gobierno y cinco años de creada la Secretaría, es momento de que la alcaldesa entienda que en el abordaje de la seguridad no basta con la asignación presupuestal, sino con un adecuado direccionamiento de los recursos y una ejecución pertinente que se acople a estrategias y planes efectivos para mitigar la crisis en Bogotá.
Retomo, por ejemplo, lo que señaló la directora del C4 manifestando que para 2022 se iniciaría un proyecto para diagnosticar cuál debe ser la hoja de ruta para incorporar la tecnología en las dinámicas diarias de los bogotanos y así mejorar la forma en la que se aborda el crimen organizado; sin embargo, dentro del presupuesto presentado la semana pasada, para el C4 el recurso es mínimo dentro de los $ 618.586.833.000 millones que irán para la Secretaría.
2022 es un año clave para que la seguridad mejore, no basta con solicitar dinero sino que se deben ejecutar los recursos y presentarse resultados que mejoren año tras año el diario vivir de los ciudadanos. La ciudad avanza en sus procesos de reactivación, y por ende, este tema deberá ubicarse dentro de las prioridades de la administración para que haya reducción en las cifras de delitos, las autoridades se articulen con las redes ciudadanas, se ponga fin al vandalismo y los bogotanos comiencen a sentirse seguros. El llamado es a mejorar la ejecución presupuestal y a que la estrategia se apoye en el uso de la inteligencia, la tecnología y la cooperación como aliadas en la lucha contra el crimen.
Fuete: Revista Semana